Me he puesto otra vez a aprender sueco, pero como estaba consiguiendo el mismo resultado (nulo) he probado a ir a otro sitio. Y mucha mejoría.
El caso es que me he puesto a hacer los deberes después de ver “Un franco, 14 pesetas” (y la he visto sin llorar prácticamente nada, ojo, aunque alguna buena hostia ya me he llevado) y tras terminarlos de forma más o menos airosa (ya entiendo lo que me preguntan en los deberes pero no me sale casi nada de lo que tengo que responder) he caído en el papelito que echaron en el buzón el otro día. En el trabajo también apareció alguno por allí rondando y ha sido motivo de cachondeo internacional porque todo el mundo ha dicho “Hostia ¿aquí también hay de esto?”. Lo dije yo y lo dijo un indio, para pasmo de los suecos. Pues sí, adivinos capaces de arreglarlo todo (TODO) hay en todas partes. Veamos el papelito en cuestión:
Mr. Ali, a pesar de no ser Dr. Ali (debe ser muy nuevo en esto) es un adivino internacional. Lo primero que me llamó la atención de la octavilla es que se entiende la mayor parte porque usa palabras internacionales. Cualquiera puede entender la mayoría de las cosas que ofrece este hombre sea de donde sea: familjeproblem está bastante claro, finansiella transaktioner es igual de críptico en cualquier idioma y Garanterat resultat hace que de igual que no se entienda el resto de la oferta porque total, si puede con todo para qué vas a entender el texto. Coño, habla con él y andando. Habla castellano, inglés y sueco, así que malo será que no se pueda uno entender con él.
Pero hay algo curioso en el papelito. Al principio justo debajo del nombre, se define como Internationell Spåman. Spå significa adivino, fortune teller tal y como me fue resuelta la duda. Man es hombre, así que Spåman es el hombre que adivina el futuro: adivino. Las palabras verdaderamente antiguas, como las palabras vascas para agua, fuego, tierra, luz, sombra, etc. son siempre breves, con frecuencia monosílabos. En inglés hay muchísimas palabras que son monosílabos de uso corriente y en sueco también (aunque no tantas), pero no esperaba encontrar una para definir al adivino, al hombre medicina. Me hizo mucha ilusión encontrar una palabra tan antigua en medio del galimatías (probablemente lleno de errores, como suelen estarlo todas estas hojitas volanderas) con el que este sujeto intenta ganarse la comida de excelente presentación y con 43 ingredientes a la vista pero aun así tirando a tristona. Lo que en otras latitudes describiría como “ganarse las alubias”, vamos.
En el sueco hay en torno a un 50% de alemán (no necesariamente el alemán más actual), hay muchas palabras importadas del francés y muchas palabras importadas del inglés actual (dependiendo de dónde esté el centro económico y cultural del mundo van llegando palabras a Suecia de un sitio o de otro) y además hay muchos restos de cuando los escandinavos hablaban algo muy parecido a lo que hablaban en Escocia e Inglaterra merced a las visitas que les fueron haciendo a lo largo de los años. El resultado de esto es que a veces parece que sí pero es que no, a veces crees que no sabes la palabra y resulta que sí y a veces, muchas veces dice uno “uy la hostia”. En fin, tiempo al tiempo.
Cachondeo aparte, he pegado el papel con celo para tenerlo siempre a mano por si lo necesito para algo. Lo que sea. A ver si un día subo una foto.