Preparación para el invierno

Este año está tardando bastante en llegar el invierno de verdad, aunque hace cuando llegué hace un par de semanas la máxima era de 1 y las mínimas de -5. En Estocolmo no hay mucha variación de temperatura entre máxima y mínima, algo que hace bastante difícil la vida cuando hace frío de verdad pero también convierte algunas semanas del verano en maravillas con 20 horas de luz al día y una temperatura rondando los 21 grados.

Pero todavía falta para eso, ya digo; aun no ha entrado el invierno a pesar de estar casi en diciembre, pero para el jueves dicen que ya viene nieve. Otros años ha empezado a nevar ya para finales de octubre y aunque Estocolmo no está en la parte verdaderamente fría del país y estemos al lado del mar siempre hay que prepararse un poco. Hay preparación material y hay preparación mental, que es la más difícil incluso teniendo experiencia con el frío, la humedad y sobre todo la falta de luz.

Vitamina D

La vitamina D necesita luz para ser sintetizada. Si en invierno se hace de noche a las 3 y media de la tarde tenemos el problema de que cuando entras a trabajar es de noche y cuando sales, aunque salgas a las 16h (nada extraño) ya es de noche otra vez. La fuente tradicional de vitamina D de muchísimos escandinavos es el pescado. En Noruega e Islandia tienen una media de consumo de pescado similar a la de los japoneses. Quien me conozca sabe que para mí eso no es una opción muy razonable así que me he enterado de unas cápsulas (de venta también en farmacias, más baratas) con vitamina D concentrada que la gente toma diariamente.

La gente habla de cuando te deprimas no de si te deprimes por la falta de luz, así que toda precaución es poca para atenuar el impacto.

También he oído a los veteranos que el peor invierno no siempre es el primero, que hay que estar atento al segundo o incluso el tercero, cuando todo ha dejado de ser una sorpresa y puedes tener un día completo de total rutina y aburrimiento, la cuadragésima noche consecutiva y un bajón de vitamina D. Y caes.

Estaré atento. Por la cuenta que me tiene.

Ropa interior de lana

Grandísimo invento. En Madrid por lo visto hay una tienda donde venden material para expediciones árticas donde venden estas cosas. Aquí está en cualquier tienda de deportes al aire libre y todo el mundo lo usa. Son camisetas de manga larga o corta, boxers, calzoncillos largos o piratas y también calcetines de lana de oveja merina. Es un material finísimo y muy, muy ligero y no solo te abriga y te aisla de la humedad exterior, sino que la lana se encarga de que no te cuezas en tu propio jugo si entras en un sitio más caliente. No sabía qué talla usar y el de la tienda (un chico joven más o menos de mi talla) me ha dicho que él ya ha empezado a usarla y que incluso llevaba puestos los calzoncillos largos debajo del pantalón de monte (de verano) que usaba para estar en el trabajo. Le he preguntado que cuáles estaba usando y esos me he llevado 😉

Me he traído todas las camisetas térmicas (sintéticas) que tengo pero creo que al menos dos de ellas son de esas que solo puedes usar un día si sudas un poco porque hueles a cabra. La ropa interior de lana merina es famosa porque hay gente que la ha usado en viajes árticos sin quitársela para nada en 40 días con sus noches. Seguramente tanto tiempo hará que huela un poquito, pero todo el mundo cuenta maravillas. Lo de los boxer de lana merina es otra cosa que tengo que investigar, pero los únicos que he visto estaban por algo más de 30€. Todavía no hace suficiente frío para que vuelva por la tienda y diga deme dos de estos, por favor 🙂

Paseos con luz: Una de las medidas preventivas que toman muchos suecos. Hay que dar diariamente un paseíto mientras haya luz. Aunque llueva, aunque haya viento, aunque obviamente no apetezca porque menudas ganas de calzarse, forrarse de ropa, salir a coger muestras de aire siberiano y volver a trabajar. Pero hay que darlo. El cerebro agradece esa entrada de luz.

En mi trabajo hay mayoría de suecos pero estamos guiris de medio mundo en una proporción que yo creo que estará en torno al 40%. Hay gente de muchos sitios más cálidos (cosa fácil) y entre ellos destaca bastante la gente de la India. De los cuatro indios que tengo sentados cerca solo uno de ellos ha estado aquí más de seis meses, así que vio los últimos coletazos del invierno anterior.

Los suecos les intentan explicar lo que les viene encima, pero ellos están demostrando una resistencia numantina a intentar comprenderlo. Hay uno que a estas alturas (mínimas de 5ºC) llega cada mañana a trabajar como si fuera un muñeco de Michelín, con un abrigo de plumas gordísimo pero que tiene toda la pinta de ser una castaña. Este hombre dice que si sigue haciendo más frío no sabe cómo ponerse más ropa.

Los suecos les dicen que no se pongan mucha ropa, pero que se la pongan buena. Y yo creo que no lo entienden.

Como también será mi primer invierno sueco estuvimos hablando de nuestros miedos, aunque yo tengo bastante ventaja sobre ellos porque he visto mucho hielo, he visto nieve, he respirado esa niebla helada alavesa con la que notas los cristalitos entrar y fundirse dentro de los pulmones… pero salvo cuando trabajé en un almacén de ultracongelación a -27ºC no tengo experiencia con lo que es tener una máxima de -9ºC y una mínima de -24ºC como vi el año pasado. Eso es frío.

Y estos pobres no lo entienden. Les invité a salir a pasear 5 minutos conmigo cada día (empecé el viernes) y uno de ellos me dijo muy amablemente que no, que hace demasiado frío, somos de la India y hace demasiado frío para nosotros.

Un sueco se asomó por encima del panel que separa unos puestos de trabajo de otros y le dijo no, perdona, este noviembre está siendo muy, muy agradable; muy pronto vamos a tener temperaturas por debajo de -10ºC y en Estocolmo siempre hace viento, así que será mucho peor

Pero ellos niegan y ya está.

En el sitio de la cafetería/cocina donde tenemos las infusiones, azúcar, miel, sacarina y todas esas salsas cáusticas que encantan a los suecos hay botes de pastillas efervescentes de vitamina C, que es la que ellos creen que les va a mantener a salvo de los resfriados. Obviamente no les va a sobrar (a ninguno nos va a sobrar) pero creo que están reaccionando contra el frío como se reacciona contra el calor. Tranquilidad, no hacerle caso, dejar que se adueñe de todo y esperar a que se vaya porque siempre se va.

Hasta los 45ºC es calor, pero puedes soportarlo bastante bien me dijo uno.

Claro, yo calor también he pasado un poco, pero estos son unos profesionales.

Profesionales con el calor, pero el frío es muy diferente. Debes oponerte a él o te mata. Y si es frío intenso la cuestión no es si quieres o no quieres gastar dinero en una buenas botas, sino si quieres volver a tu casa y seguir teniendo todos los dedos de los pies.

Material

El mes que viene, cuando haya empezado a hacer frío y haya probado mi material, tengo pendiente una visita a una de las cadenas suecas de material para deportes y aire libre (y para poder andar por la calle en invierno). Por supuesto que unas botas, unos buenos guantes o un gorro realmente buenos no son baratos, pero aquí también hay tiendas donde hay material bueno y los precios no se van de madre del todo. Si no, siempre puede uno recurrir a alguna de las marcas locales de reconocido prestigio (por ejemplo con Haglöfs parece que siempre se acierta, aunque no es barata) o hacer como la mitad del país y gastarse los cuartos en material de The North Face.

Guantes voy a tener que comprarme bien pronto porque los míos son de golf, buenos para agua y viento y seguir teniendo tacto (puedes usar Smartphones táctiles 😉 ) pero no están hechos para este frío; la chaqueta que tengo es ligera, es indestructible y ha aguantado dos inviernos alaveses perfectamente, incluso en el monte, sin pega ninguna, pero es posible que tenga que comprarme algo para llevar debajo. Una sensación térmica de -35ºC debido al viento no la sobrelleva uno así como así.

Creo que trasluce el hecho de que estoy bastante interesado en ver qué va a pasar, qué es ese frío y cómo lo voy a llevar.

Ya me han propuesto un corto viaje al Norte en cuanto haga frío de verdad. Un amigo viene de una ciudad que tiene cerca un lago enorme que se congela, grandísimos bosques (vale, eso en Suecia no es como para asombrarse mucho 😀 ) y hacen cada año una carrera de raquetas de nieve que debe ser un espectáculo bastante interesante.

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