El metro de Estocolmo

El metro de Estocolmo llama poderosamente la atención al visitante sud-europeo por el silencio que hay. He indagado a mi alrededor y es normal que haya un silencio parecido si el vagón está a reventar o si está vacío porque los suecos tienden a asumir que son los únicos que están en un sitio. No hacen ni caso a los que hay a su alrededor y agradecen enormemente que no los tengas en cuenta. Lo agradecen no haciendo caso a la gente circundante y así se cierra el círculo.

Es curioso que antes de arrancar (cojo el metro en el principio – o final- de una línea) el conductor o conductora está fuera del tren, se asegura de que no va a amputar brazos o piernas y anuncia por megafonía que el tren sale y hacia dónde.

Debe haber conductores que además meten cosas de cachondeo porque a veces la gente se ríe, pero como no entiendo nada no puedo decirlo con seguridad. En eso se parece al de Madrid, que tampoco se entiende nunca lo que dicen en megafonía.

Con el mismo tono que usan para anunciar que echamos a andar y que hacia dónde vamos (te lo dice una locución y lo puedes leer en displays, pero aun así el conductor te lo dice también) un día oí cómo regañaban a unos chavales que iban haciendo el hostia:

– Si tenéis ganas de jugar mejor marcháos a otro sitio.

Digo el chófer.

A este chófer lo sueltas en el metro de Madrid y acaba saliendo con un hacha en una mano y un extintor en la otra.

Cuesta hacerse al metro de Estocolmo porque las líneas tienen ramificaciones. La gente habla de ellas como “la verde” o “la roja”, pero la cosa se complica porque igual el punto de partida es uno pero hay tres finales posibles (el caso de “la verde”) o hay dos orígenes y dos destinos (“la roja”).

De todos modos hay trenes cada poquísimo tiempo y si estás un poco atento a los letreros llegas sin problema.

Eso sí, todo lo que tiene de impoluto, agradable y estupendo el metro en horario laboral desaparece durante la madrugada de los fines de semana. Si hubiera altavoces a toda castaña parecería una txosna; hay vagones que incluso huelen igual. A estos no les dicen nada los chóferes, claro. Total, pa’ qué.

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2 Responses to El metro de Estocolmo

  1. rulo says:

    Lo de que las lineas empiecen o acaben en multiples sitios es para hacerlo mas interesante. Escoge tu propia aventura… o linea.

  2. Bixen says:

    Cada terminación de línea tiene un numerito único al lado, pero eso lo he descifrado por mi cuenta, mis instructores no me lo dijeron, así que o no es algo que todo el mundo tenga en cuenta o es verdad que es más fácil con el tiempo organizarse con estos nombres que le ponen a las cosas y lugares.

    Veremos.

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