Majas, mucho ojito al volver a casa.

Hay que estar muy atento, aunque solo sea para no ser parte del menú. Ya lo decía el otro día.

A una amiga mía le dieron un buen susto la otra noche. Y a una que conozco le dieron otro. Final bastante feliz en ambos casos, por suerte. Está bien que hubiera suerte pero cuando se depende de la suerte lagarto, lagarto.